Hoy quiero compartir contigo uno de esos descubrimientos tejeriles que te hacen sonreír desde la primera pasada de aguja.
Es un punto con textura, sencillo pero con mucho encanto, que se adapta a casi cualquier proyecto: desde un chal ligero hasta un jersey cálido o una manta acogedora.
Me gusta porque combina lo mejor de dos mundos: la facilidad de ejecución y un resultado visual muy interesante. El juego de relieves que se forma al alternar punto Brioche, punto bobo crea un dibujo geométrico que atrapa la mirada. Además, es de esos puntos que se memorizan rápido y que te permiten entrar en un ritmo relajante, perfecto para disfrutar de cada vuelta sin mirar constantemente el patrón.
En las imágenes que te dejo más abajo encontrarás tres cosas:
- El tejido tal y como queda, para que puedas imaginarlo en tus propios colores.
- Un detalle de la textura, para que aprecies el relieve y la repetición del motivo.
- El gráfico completo, para que puedas tejerlo cuando quieras.
Yo ya tengo en mente varias ideas para usarlo, pero me encantaría saber qué harías tú con este punto. ¿Lo ves más en una prenda de vestir o en un accesorio para casa? Cuéntamelo en los comentarios, me encantará leerte.


